La felicidad: Concepto, expectativas y cómo mejorarla.

El artículo de hoy pretende reflexionar sobre algo que nuestra sociedad está manipulando de manera intencionada. El concepto de la felicidad. (Y se está manipulando porque es de las mejores estrategias comerciales que hay).

Lo primero es entender que no hay un solo concepto de felicidad, la felicidad es subjetiva, cambiante y única para cada persona. Habrá gente a la que le hacen feliz los retos, otros que son felices en la tranquilidad, unos que son felices en la rutina y otros que son felices en el cambio. Con los años podemos cambiar de idea y de concepto de felicidad, no me hace feliz con 50 lo mismo que con 20 por ejemplo. Todos los conceptos de felicidad son buenos, si son tuyos. Y no impuestos por la sociedad o factores externos.

Más conceptos a tener en cuenta:

Ahora dicho esto, pasamos al segundo punto, la felicidad es un proceso ACTIVO. ¿Qué quiero decir con esto? Que la felicidad hay que cultivarla, construirla, trabajarla. Hay veces en la que la felicidad viene por si sola, acontecimientos en nuestra vida nos la traen (bueno, tal vez es alegría también, sorpresa, etc…), pero, por lo general, para que la felicidad sea un sentimiento más generalizado y no algo puntual, la persona debe tomar una decisión activa de trabajar en ello. ¿Suena un poco rollo? Lo es. Pero así funciona.

La felicidad implica cierta actitud mental, ciertos hábitos de vida, cierta forma de pensar y percibir el mundo y sí, un esfuerzo muchas veces. Por ello ni podemos ni debemos ser felices siempre, pero si esperamos que venga por si sola muchas veces no llegará o nos veremos a merced de acontecimientos vitales, en una montaña rusa de momentos puntuales de felicidad y caídas a la infelicidad.

La felicidad no es una obligación ni debe estar siempre presente. No es una escala binomial, de sí o no o presente/ausente. Podemos ser “en general” felices, “a veces felices”, “bastante felices”, “más o menos” felices, “un poco felices” y todo eso está bien.

La felicidad no debe ser una utopía idealizada, es un sentimiento más, pero ni estás obligado a ser mega feliz todo el tiempo ni pasa nada si tienes épocas de la vida que no lo eres.

Pareciera, sobre todo por fuentes externas de información (películas, Instagram, etc…) que, si no eres feliz, muy feliz y todo el tiempo feliz, tu vida ya no tiene sentido y estás perdiendo el tiempo o desaprovechando cosas de la vida. Pues oye, ser feliz es una cosa, pero hay muchas más en la vida y uno no siempre puede estar feliz.

No pasa nada si en este momento de tu vida no eres feliz, no te agobies, es imposible ser feliz todo el tiempo, y es parte de la experiencia vital pasar por épocas en las que somos más infelices, pero que seas infeliz ahora no quiere decir que eso no vaya a cambiar en un futuro.

Consejos para aumentar la sensación de felicidad:

  • Trabajar el manejo de pensamientos: El hábito de pensar es de los que más deterioran el sentimiento de felicidad. Si tengo muchos pensamientos negativos, tengo una visión pesimista y sesgada del mundo, tiendo a darle muchas vueltas a todo, pues me va a costar ver lo positivo (¡o lo neutro!). También me puede costar tomar decisiones o conectar con lo que me rodea.
  • Los viajes mentales al pasado y al futuro también me desconectan de mi felicidad, ya que me desconectan de mis emociones en el presente.
  • Malos hábitos de vida: Evidentemente un cuerpo y mente poco cuidados no favorecen sensaciones placenteras. Necesitamos dormir, cuidar las enfermedades que tengamos, pedir ayuda si la necesitamos y mantener un mínimo de bienestar físico.
  • La inactividad. La felicidad requiere cierta vivencia, si no salgo de casa, no hago cosas, no tengo enriquecimiento mental, es algo más difícil encontrar estímulos que me permitan trabajar mi felicidad, pero ojo, no es imposible. Ya hemos dicho que la felicidad es diferente para cada persona.
  • La autoestima, autoconcepto y auto diálogo también pesan mucho en el sentimiento de felicidad. La radio que suena en mi cabeza marca el ritmo del día.
  • El control atencional puede ayudar también, ¿En qué focalizo mi atención, en qué cosas de mi día pongo el foco?
  • ¿Tengo una actitud activa y tomo decisiones que me acerquen a mi felicidad? O ¿me cuesta tomar decisiones y a veces me da miedo cambiar cosas incluso cuándo sé que me harían más feliz?
  • Ah y por supuesto, mi felicidad es mía, cuánto menos dependa de los demás, más fácil será, por ejemplo, es evidente que si estoy en pareja es porque me hace feliz, peeeero, no toda mi felicidad debería depender de esa persona. Siempre debe haber una parte mía.
  • Otro factor clave es ajustar expectativas sobre la felicidad, no esperar que sea un sentimiento mega intenso y eufórico y entender la felicidad desde otro ángulo más realista y asequible.

Y así podríamos enumerar muchos factores que afectan a la felicidad, además a cada persona le afectaran más unos u otros. Todos son trabajables en terapia, pero recuerda que tu felicidad puede ser diferente a la de los demás, también puede fluctuar y desaparecer a veces y NO PASA ABSOLUTAMENTE NADA. Pero si quieres hacerla durar un poquito más tal vez el artículo de hoy te pueda ayudar a enfocar por dónde empezar y sino ¡siempre hay un psicólogo dispuesto a acompañarte en buscar herramientas para lograrlo!

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